Luego de unos agotadores días de campaña, en los que tuvimos que responder acusaciones totalmente infundadas , pero realmente muy serias y dichos verdaderamente de mal gusto y reñidos con la ética, llegó el día de las elecciones. Los días de elecciones son siempre días felices, son “el momento” para expresar opiniones, para legitimar a nuestros representantes, para elegir libremente haciéndonos responsables de nuestra elección, para manifestar nuestra posición frente a la realidad, y nuestro compromiso con la democracia. Son los días en los que se comienzan a operar los cambios.
Desde Veterinarios de Buenos Aires queremos agradecer a todos y cada uno de los matriculados que participaron de estas elecciones. Como siempre sostuvimos, involucrarse es la manera de conseguir los cambios que el ejercicio de nuestra profesión está reclamando hace mucho.
Queremos compartir con Ustedes los resultados finales:
Lista 1 “Unión y Representatividad”: 453 votos (30 presenciales y 423 por carta)
Lista 2 “Veterinarios de Buenos Aires”: 292 votos (118 presenciales y 174 por carta)
17 votos impugnados y 5 votos en blanco.
La jornada del 12/12 se desarrolló tranquilamente y con la constante presencia de los colegas que fueron a votar personalmente.
Pero a la hora del escrutinio surgieron algunos datos preocupantes: de los votos recibidos por correspondencia, 168 (el 27%) fueron despachados por “tandas” de la misma sucursal de correo (Correo Argentino, sita en Av. Córdoba 663), localizada a una cuadra y media del CPMV, siendo las fechas de despacho más numerosas los días 17/11 (35 votos) y 24/11 (38 votos), y el resto repartido en tandas de entre 3 y 13 sobres, entre el 9/11 y el 7/12. Por este motivo, Veterinarios de Buenos Aires hizo asentar en el acta electoral correspondiente que presumía falta de transparencia en el manejo de los votos por correspondencia.
Así mismo, algunos matriculados manifestaron irregularidades respecto del empadronamiento, y otros cuestionaron la recepción de sus votos emitidos por correspondencia con una anterioridad de varios días. Incluso algunos colegas cuestionan la integridad de sus votos, al haberlos dejado en la oficina del CPMV para luego ser despachado por personal del Consejo. Estamos tomando y confirmando de a una todas estas denuncias que nos han llegado vía mail, redes sociales o telefónica. Pueden constatar algunas de ellas en nuestra página de Facebook. Si conocés o sospechas de alguna irregularidad por favor comunicate con nosotros.
Más allá de los resultados de la elección, desde Veterinarios de Buenos Aires nos sentimos preocupados y en parte responsables de la transparencia de este acto eleccionario. Cuando la junta electoral del CPMV nos propuso aceptar que se consideraran válidos los votos recibidos por carta simple - ya que la carta certificada con aviso de recibo tenía un costo, solamente dentro de la CABA , de alrededor de $46 - accedimos, ya que consideramos que esto fomentaría la participación a la que siempre instamos. Nunca imaginamos que esto facilitaría que algunos colegas pudieran adoptar conductas que están muy por fuera de la ética que nosotros pretendemos para la institución que nos representa. Sin siquiera cuestionar que el contenido de los sobres con votos pudiera ser conocido (visto a trasluz u otro medio), ni mucho menos modificado, el mero hecho ya de recolectarlos, acumularlos (fuera de una urna cerrada, sellada, lacrada) para luego ¿“auto enviárselos”? es inexplicable, atenta contra la transparencia y es ajeno ciento por ciento al espíritu de cualquier institución democrática.
Hagamos algo de historia. En el año 1912 se sanciona la “Ley Sáenz Peña” (Nº 8871), aquella del “sufragio universal, secreto, obligatorio” que marca el inicio de los comicios “limpios” en nuestro país. En su art. 5 dice “El sufragio es individual, y ninguna autoridad, ni persona, ni corporación, ni partido o agrupación política puede obligar al elector a votar en grupos”. Creemos que 100 años después de la sanción de dicha ley a los argentinos no nos “obligan” a votar, pero ¿ya ni nos cuestionamos el auténtico valor de su texto? ¿Qué nos está pasando, colegas? ¿Hemos olvidado ejercer personalmente nuestra ciudadanía? Es evidente que situaciones como la aquí ocurrida ponen de manifiesto la actualidad de la problemática que Sáenz Peña empezaba a resolver en 1912. La pasividad de algunos sumada a una presunta falta de escrúpulos de otros, hacen la combinación fatal, la que nos hace dudar de la transparencia, de la legalidad, y de la institucionalidad.
Veterinarios de Buenos Aires ha iniciado las investigaciones del caso y todas las acciones pertinentes ante las autoridades responsables, pero fundamentalmente queremos que sepan que renueva su compromiso y redoblará los esfuerzos para lograr un CPMV cada vez más democrático, más inclusivo, más transparente, más ético y más representativo de todos aquellos a los que nos enorgullece ser veterinarios.
Veterinarios de Buenos Aires es y seguirá siendo un espacio abierto y plural para todos los que queremos trabajar conjuntamente para prestigiar nuestra profesión. Como hemos dicho siempre, los objetivos que nos hemos planteado, y que se siguen planteando reunión a reunión, semana a semana, abarcan mucho más que una elección por cargos en el CPMV. Más allá del resultado, seguiremos trabajando en conseguir hechos concretos que mejoren la situación del Veterinario, seguiremos trabajando para generar conciencia de que un cambio es posible. Para esto es indispensable tu colaboración. Acercate.